VOCES Y
GUITARRAS DE LA NOCHE
Tres
jóvenes costeños de pantalón blanco y camisa de color, pelo crespo y largo, al
estilo de Pedro el escamoso y acordeón se abalanzan contra un carro conducido
por un hombre ebrio e intentan desplazar con el cuerpo a un señor cachaco, que
con su guitarra también ofrece sus servicios.
Tres jóvenes costeños de pantalón
blanco y camisa de color, pelo crespo y largo, al estilo de Pedro el escamoso y
acordeón se abalanzan contra un carro conducido por un hombre ebrio e intentan
desplazar con el cuerpo a un señor cachaco, que con su guitarra también ofrece
sus servicios.
La escena transcurre en la esquina de
la calle San Juan con La 70. Jorge del Mar, el serenatero que casi tumban, se
disputa una oportunidad para dar a conocer su arte y negociar el precio.
Por una hora cobramos 80 ó 100 mil
pesos, y por una serenata de cinco canciones pedimos 80 mil. Pero el cliente
casi siempre viene con 60 mil y a veces ofrecen 40 ó 30 mil aprovechándose de
la necesidad y la angustia con que le caemos al carro , cuenta del Mar, quien a
sus 65 años le ha dedicado 30 al oficio.
Arreglando linderos.
...Que un hombre que te quiera como
yo, no hallarás en tu camino... tú para mí, yo para ti... , entona del Mar
afinando su voz, mientras comenta que esta canción,
Bendición celestial de Los Romanceros, es la más apropiada para despedida de solteros.
Pero los temas que más piden los enamorados son: Cosas como tú, Chacha linda,
Canción del alma, El camino de la vida (convertida hoy en un himno) y A unos
ojos.
Aunque no faltan las mujeres
emparrandadas que le llevan serenata al novio o a la novia, del Mar cuenta que la mayoría de veces son los
novios y a veces, los maridos románticos que no olvidan su noviazgo, los que solicitan sus servicios.
A los serenateros los llaman arregla linderos por su efecto en
los hogares, pues cuando el hombre está caído con su esposa le lleva una
serenata con la canción de cabecera para reconciliaciones: Perdón.
Rara vez la homenajeada no sale a
recibir la serenata, pero a veces se presentan situaciones embarazosas como una
ocasión cuando terminaban de tocar y llegó el otro también con serenata, o la
vez en que la novia llegó a la casa con el otro .
Ary Burbano, jefe de relaciones
públicas del Centro Artístico Musical Cooperativo, creado en 1964, que alberga
a 30 tríos y cinco duetos, lleva como serenatero 45 de sus 75 años.
El recuerda que a mediados de la
década de los años 90 desde el obrero hasta el empleado de banco llevaba
serenatas. Eran tiempos en los que se conseguían hasta dos contratos en una
noche. Hoy, si mucho obtienen uno a la semana.
“Esto no sirve pa vivir”. “Lo que se
gana en un día es pa sostenerse en la semana”. “A veces pasan hasta 15 días sin
trabajar” , expresa Del Mar.
Además, hace seis meses la situación
se puso peor con la competencia de los grupos vallenatos.
En la única ocasión que se desquitan
es en el Día de la Madre, cuando se pueden hacer entre 200 y 500 mil pesos.
Merenderos no, serenateros.
No somos merenderos, pues ellos eran
los que hace 50 años, en los pueblos, les decían a sus vecinos que compraran la
comida y el trago que ellos cantaban , aclara Albeiro Palacio, otro serenatero,
de 46 años, que hace 15 se dedica a este oficio.
Recalca además, que existe mucho
compañerismo entre los serenateros, pues si los dúos o tríos no están
completos, con los que haya improvisan otro grupo.
Por su parte, del Mar confiesa que lo
que menos le gusta de su oficio son los peligros a los que los exponen los
borrachos que arrancan en sus carros con los serenateros.
Como el día en que un médico contrató
un trío y de la borrachera se llevó la baranda del puente de San Juan. El carro
cayó a la autopista, y murieron uno de los músicos y el médico.
Siempre nos tomamos unos traguitos,
pero controlados. Cuando venimos de una serenata ya prendidos, a veces
rematamos en las casetas de La 70. Por eso este oficio es muy bohemio, porque
es muy escaso el que no bebe, dice del Mar.
Así transcurre la vida de estos
noctámbulos, cuya jornada laboral empieza cuando cae la tarde y se extiende
hasta las 5:00 de la mañana, hora en que pasa el primer bus para regresar a sus
casas y dormir hasta las 2:00 de la tarde cuando se levantan a ensayar dos
horas antes de salir de nuevo a ganarse la vida.
FOTO/Julio César Herrera EL TIEMPO.
1- Mientras llegan los clientes, los serenateros del Centro Artístico Musical
Cooperativo ensayaban las melodías que interpretan para los enamorados.
2- Albeiro Palacio y Jorge del Mar
piratean con otro de los tantos serenateros que se reúnen cada noche en la
calle San Juan con la 70.
Publicación El Tiempo.com
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