sábado, 22 de febrero de 2014

ORGANIZACION DE LOS MUSICOS Y CANTANTES

A finales de los años cuarentas se presentó un conflicto entre algunos músicos y la estación de la radiodifusora. En ese momento estaba William Gil Sánchez en la dirección de la emisora. El sindicato de músicos y cantantes, en cabeza de su presidente el “Indio Pérez”, decretó un paro total; estaba completamente prohibido actuar allí. El trío Los Romanceros se presentaba frecuentemente en esa radiodifusora, y como ellos estaban afiliados al sindicato, resolvieron acogerse a la orden. En esos años el profesor, pianista y director operático Pietro Mascheroni, era el director de la orquesta de planta de la emisora. Hay que recordar que en esa época las principales estaciones del país tenían su propia orquesta, y presentaban diariamente programas musicales en vivo. El maestro Mascheroni, le aconsejó al trío que no le hicieran caso a lo que mandaba el sindicato, por que él ya sabía cómo se manipulaban esos asuntos. A pesar de este consejo, Los Romanceros decidieron suspender sus actuaciones.

Cuando el paro era casi total, una tarde pasaban Jorge Valle y Alberto González por los estudios de la emisora, y con muchísima extrañeza observaron que ingresaba allí, un conjunto de músicos de una estudiantina, dirigidos nada menos que por…el “Indio Pérez”. Los dos componentes del trío se le acercaron afanadamente a Pérez y le preguntaron que por qué iba a actuar, sabiendo que él mismo había dado la orden de paro. El, con mucha calma, se pasó la mano por la cabeza, quitándose su pelo lacio de la frente, y les dijo: “Es que yo soy muy hijueputa”, y siguió hacia adentro. Jorge y Alberto, sacaron de sus billeteras el carné del sindicato, y allí mismo los rompieron. Nunca más volvieron a participar en este tipo de agremiaciones.

 Algunos años más tarde se fundó el Centro Artístico Musical Cooperativo, Camc, y Los Romanceros entraron a él muy animadamente. Se consiguió una sede para el Centro que funcionaba en la carrera Palacé, entre las calles Colombia y Ayacucho. Allí se ofrecían espectáculos musicales, se tenía servicio de bar y restaurante, y el local servía de sitio de encuentro de los músicos con sus clientes. Jorge Valle como uno de los fundadores del Camc, tenía la idea de agrupar a los músicos de Medellín, para que ellos tuvieran más fuerza en las contrataciones,  y se hicieran valorar y respetar como profesionales de la música. Él había conocido cómo funcionaban los sindicatos de músicos en Méjico, y quería hacer algo similar en Antioquia. Lamentablemente, las cosas no salieron como él lo deseaba. La mayor parte de los músicos asociados a la cooperativa no estuvo a la altura del nuevo reto que se les planteó. Pensaron que el Centro era una cantina más; llegaban allí a emborracharse y a querer firmar vales de consumo, a diestra y siniestra.

Apreciando lo que ocurre ahora en los primeros años del siglo XXI con los músicos en Colombia, se observa que todavía no se ha dignificado esa profesión en el país. A manera de ejemplo, existe un programa de televisión en un canal  local y periódicamente se presentan varios conjuntos románticos en diferentes poblaciones del departamento. Hasta aquí todo normal. Pero la gran tristeza, el gran dolor es que, a pesar de que por publicidad se recoge cada semana muy buena cantidad de dinero, muchos millones de pesos, a los músicos, que son los verdaderos protagonistas del programa, no se les paga nada, absolutamente nada. Parece increíble. Pero así es. Repito: no se les paga nada, absolutamente nada. Y lo peor de todo: existen listas en las que están anotados los duetos y tríos que están esperando el turno para que los llamen a actuar gratis.

Otro ejemplo similar ocurre con un programa en la televisión nacional, que está en el aire desde hace muchísimos años. Cada semana el director del programa lleva su elenco a diferentes partes de Colombia, y celebra unos conciertos monumentales a los que asisten muchos miles de personas, y en los que se vende publicidad por cientos de millones de pesos. Hasta aquí todo muy claro. Pero otra vez, lo mismo. A los músicos, los verdaderos protagonistas, se les aloja y alimenta en hoteles de segunda categoría, mientras que en el presupuesto de la empresa, aparece como si se les estuviera dando un tratamiento de primera categoría. ¿Quién se queda con esa diferencia?

A propósito, esta situación de injusticia que viven los músicos en Colombia, fue el principal motivo para que Los Romanceros prácticamente nunca se hubieran presentado en la televisión. En una ocasión, en los años sesentas, los llamó  de Bogotá el animador chileno Alejandro “Michel Talento” que era el director del programa  musical “Gran Sábado Gran”. Quería que el trío actuara en su programa. Cuando Alberto le preguntó que cuánto dinero les pagarían por la función, él casi indignado, les respondió que el pago era que en todo Colombia los iban a observar,  y que eso les serviría de propaganda para hacerse conocer. Era la época en que Los Romanceros daban unas cinco serenatas diariamente, y de verdad, no necesitaban que alguien más los conociera. Obviamente no hubo viaje a Bogotá.


 En otra ocasión, alrededor del año 1978, vino personalmente a Medellín el músico Jimmy Salcedo, director del programa de variedades llamado “El Show de Jimmy”. Se presentó con una propuesta muy similar a la que años atrás les había hecho el presentador chileno. Se podría resumir, en que les daban los pasajes y la oportunidad de hacerse conocer. Tampoco hubo viaje a la capital. La única vez que sí aparecieron en la televisión fue cuando Hernán Castrillón Restrepo, que había sido primero presentador de un noticiero, y luego director de un programa llamado “Protagonista el hombre”, filmó en Medellín al trío cuando estaba dando una serenata. Se trataba de un reportaje sobre la costumbre de las serenatas en el país; nada más apropiado para ilustrarlo, que mostrar cómo se daba una serenata en esta ciudad.


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