En el año 1908 nace en Rosario, Argentina.
Ella fue talvez la mujer más representativa de las artes escénica y musical en
Hispanoamérica en el siglo XX. De sólo siete años empezó su carrera casi
centenaria como actriz y cantante.
Libertad Lamarque, llamada cariñosamente y conocida como “La novia de América”,
al ser al mismo tiempo una gran actriz y una gran cantante, interpretaba sus
canciones con un sentimiento escénico insuperable. En febrero de 1947 Libertad
Lamarque hace su primera gira por Latinoamérica.
En Medellín se presenta en el teatro Bolívar. A la recepción ofrecida a la diva en el
aeropuerto de la capital antioqueña, asiste como uno de sus admiradores Alberto
González integrante del Trío Los Romanceros. Al año siguiente, en enero de 1948,
regresa la cantante argentina a Medellín. Nuevamente hace presentaciones en el
Teatro Bolívar. Su próximo destino sería la ciudad de Barranquilla.
Al enterarse ella de que allá se baila mucho el porro, se muestra interesada en
aprender algunos pasos para ejecutarlos en su presentación en esa ciudad. Al
pedir que le indiquen quién podría enseñarle, le informan que Los Romanceros
tocaban muy buenos porros y que ellos podrían ayudarle. Así fue en efecto, y
Jorge Valle y Alberto González se encargan de darle la clase que ella buscaba.
Con su guitarra Jorge Valle punteaba un porro, mientras Alberto con las maracas
llevaba el ritmo y le enseñaba a ella los pasos. Contaba Alberto que mientras
Libertad bailaba con ellos, su esposo el pianista y compositor argentino Alfredo
Malerba, se mostraba muy contrariado, y le pedía insistentemente que diera por
terminada la lección.
Ella en tono fuerte tuvo que decirle, que la dejara tranquila que ella lo que
estaba haciendo era trabajar, aprendiendo un nuevo ritmo.
En agradecimiento por la clase de baile la estrella le obsequió a
Alberto una postal con el retrato de ella y con una dedicatoria autografiada.
Del “Negro Adán” se cuenta una anécdota que puede ser única en la historia del
boxeo mundial. Una vez, estando todavía joven se enfrentó en una pelea,
organizada con todas las de la ley, a un púgil argentino de mucha categoría. El
combate se había pactado a doce asaltos. Cuando empezó el primero, el negro se
fue directo hacia el argentino y le dio un fuerte golpe en todo el pecho. Ese
fue el único golpe que tuvo el combate. El púgil extranjero, de lo fuerte que
era, no se movió de su sitio, y el Negro Adán, por el efecto de rebote, cayó
sentado a sus pies. De allí no fue capaz de pararse, y se declaró vencedor en
esta singular pelea al que había recibido el único golpe del encuentro. Cuando
después le preguntaron que por qué no se había levantado, siendo que ni
siquiera lo había tocado su contrincante, respondió: “Eche, ¿y tu querías que
el argentino ese me jodiera?”.
Bueno,volviendo a la linda Libertad Lamarque, cuenta la historia, o puede ser
leyenda, que en efecto ella viajó a Barranquilla y allí bailó su buen porro,
con el “negro cipotudo que cocinaba de rechupete”
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