viernes, 24 de septiembre de 2010

El auge del bolero 1957-1981

En 1957, Oscar Quimbaya  decide irse para  Bogotá por asuntos familiares, y entra al trío el músico antioqueño Luis Eduardo Pabón. Puede decirse que aquí empieza la última etapa de Los Romanceros. Aunque no desaparecen del todo, sí quedan relegados los aires caribeños, y ahora son los boleros los que identifican al trío. El nombre del trío se adapta perfectamente a los temas románticos que interpretarán en los próximos  veinticuatro años. También tocarán bambucos, valses, y otros ritmos, pero todo dentro del espíritu romántico que ya jamás abandonarán. Es la época de Los Romanceros como maestros de las serenatas, en las que expresaban fielmente los sentimientos de las almas enamoradas de Medellín.

 

Con Luis E. Pabón, Los Romanceros graban uno de sus más exitosos discos de larga duración, Chacha linda. Están incluidos  en ese trabajo, Bendición celestial, que es tal vez la canción insignia del trío, Chacha linda, magníficamente interpretada, Muchachita, que es otro emblema del conjunto, y otros números más. Vuelve en esta época a asumir Jorge Valle el papel de primera guitarra, y la voz primera e inconfundible de Alberto González, voz fuerte de tenor, combina armoniosamente con la voz más suave de Luis E. Pabón. La combinación de las voces de Alberto y Luis Eduardo fue seguramente la más bella de las que tuvo el trío en toda su historia.

 

En estos años, el trío es aprovechado por la casa disquera a la que pertenecen, para impulsar a dos cantantes solistas de voz muy prometedora: Lucho Ramírez y Alberto Granados, que son acompañados por el trío, no sólo en actuaciones personales, sino también en grabaciones. Números como Aquel, Cuando tú me quieras, Palmeras, Quisiera ser, Si no eras para mí,  y otros más, fueron éxitos muy bien logrados en la voz de Lucho Ramírez con el acompañamiento de  Los Romanceros. Lo mismo sucedió con  Alberto Granados.

 

En este período, el trío establece  una importante relación con el maestro Luis Uribe Bueno, quien era el arreglista de planta de la empresa de discos Sonolux. Los arreglos de las canciones en que el trío acompaña a Lucho Ramírez y a Alberto Granados fueron hechos por este músico santandereano. 

 

Luis E. Pabón dejó el trío a principios de 1962 buscando extender, sin lograrlo, sus éxitos fuera del país.  En este momento llega al trío Tulio Parra, que había estado en la historia del trío desde sus inicios, no como músico sino como público en las primeras presentaciones en el Teatro Colombia. Tulio había recibido clases de guitarra clásica durante varios años con Jaime Gallego. Además,  venía  de ser la primera voz  en otro trío, y poseía una gran responsabilidad y dedicación a su arte. Fue por todas esas cualidades que Tulio Parra permaneció unos diez y ocho años como integrante de Los Romanceros, hasta  pocos meses antes de que el trío concluyera sus actividades en el año 1981.

 

La historia del trío durante  el período de Tulio Parra fue de afianzamiento de su carácter romántico. Prácticamente desaparecieron los temas bailables del repertorio, y todo el énfasis recayó en la música “para los que se aman”. Canciones como,  Mira que eres lindaCosas como tú, Chiquilla, Soñar y nada más, Bendición celestial, Chacha linda, Muchachita, y muchas más, se interpretaban noche tras noche al pie de las ventanas y balcones de las novias de Medellín. Fueron los años en que en una noche podían escucharse en un mismo barrio, varias serenatas llevadas por duetos y tríos de renombre. Allí estaban siempre Los Romanceros.

 

Con Tulio Parra el trío grabó cuatro discos de larga duración. Cosas lindas, Quiero amarte, Una vez más, Chiquilla. Aunque el fuerte de Los Romanceros en esos años eran las serenatas, todavía hacían presentaciones en residencias particulares, en fiestas especiales y en diversos estaderos del Valle de Aburrá. 

 

Desde mediados de los años setentas la situación general de Medellín, y del centro en particular, se deterioraba día a día. Abundaban en las noches, los asaltos, peleas callejeras,  y escándalos. La gente se fue retirando del centro, y empezó a declinar la vida nocturna que durante tantos años tuvo la ciudad. Por otro lado, se iba estableciendo otro gusto musical. Fueron desapareciendo las tradicionales serenatas románticas llevadas por duetos y tríos, e irrumpían con fuerza, como consecuencia de cierto resurgir del gusto por lo mejicano, los mariachis. Ya no se acostumbraba la recogida serenata al pie de la ventana, sino la música de alto volumen tocada por un numeroso grupo de músicos vestidos de charros. Definitivamente las condiciones habían cambiado. Estaba desapareciendo toda una época. Tulio Parra dejó de bajar a El Escorial, que era el sitio de encuentro del trío, a principios de 1981. Fue reemplazado unas veces por Noé Ramírez, y otras por Arcadio Agudelo. Ya eran muy escasas las serenatas. En septiembre de 1981, Jorge Valle y Alberto González decidieron clausurar las actividades del Trío Los Romanceros. Se alejaron de las calles, clubes, fincas, estudios de grabación, emisoras de radio, balcones y ventanas. Pero nunca de la música.

 


Los Romanceros dando una serenata bajo la ventana  de alguna afortunada.
 
 
 
 
Medellín, 1975. 
 
Última época de Los Romanceros. Ya todo eran serenatas y se hacían muy pocas presentaciones 
en clubes, residencias y emisoras. Fue la época estelar de las famosas serenatas. 
A la izquierda está Jorge Valle, a la derecha Alberto González y en el centro Tulio Parra.

1 comentario:

  1. UNA PREGUNTA EL TRIO LOS ROMANCEROS ES TAMBIEN EL CUARTETO LO ROMANCEROS


    YO TENGO UNA CANCION

    QUIEN TOCA LA PUERTA
    LOS ROMANCEROS

    ES UN ESTILO SON CUBANO DESEO SABER SI ES EL MISMO GRUPO O SON DIFERENTES

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