Se presenta a continuación la trascripción de algunos artículos publicados en la prensa nacional, principalmente de Medellín, sobre el Trío Los Romanceros. Algunos de estas crónicas tienen un cierto sabor a promoción o propaganda, y desde el punto de vista histórico incurren en muchas inexactitudes. Sin embargo, todos ellos tienen el mérito de mostrarnos la importancia que adquirió el trío en las diferentes épocas de su gran trayectoria.
Así son ellos, El Trío Los Romanceros
(Artículo publicado el 18 de abril de 1951, en el periódico El Diario, de Medellín)
La foto nos muestra al trío de “Los Romanceros”, uno de los conjuntos musicales más apetecidos de Antioquia, al que se puede oír por radio todos los martes, en programa que transmite la Lavandería ABC por la Emisora Siglo XX.
“Los Romanceros” están constituidos así: Alberto González, primera voz y encargado del ritmo, es barranquillero, tiene veintiocho años y se inició en su tierra con la célebre orquesta Sosa que gozara hace algunos años de tanta popularidad. Viajó a Panamá y tuvo ocasión de presentarse en la Voz de la Víctor, y en el “Show del cabaret Atlántico” en Colón, y vino a Medellín hace varios años para figurar como vocalista de la orquesta que el maestro Gil Díaz agrupó con destino al club Unión.
González ha pertenecido además al conjunto de “Los Caballeros de la Noche”, ha trabajado con la Sydney Ross Company, y con el trío que nos ocupa ha actuado en programas de la Compañía Colombiana de Tabaco y ha hecho grabaciones para la casa Fuentes de Cartagena y Lyra de Medellín, que imprimió un porro original suyo “El Sabrosón”, muy popular por el mes de diciembre el año pasado.
Esnoraldo Gil es quien le sigue, nació en el departamento de Caldas y cuenta en la actualidad veinticinco años cumplidos. Gil ha recorrido casi todo el país en plan de artista cantante, y como tal perteneció al conjunto de “Los Serranos” en el Valle, y a los elencos de Radio Pacífico, Ondas del Palmar, de Palmira, La Voz de Armenia, y últimamente en La Voz de Antioquia para los susodichos programas de la Compañía Colombiana de Tabaco. En el trío a Gil le toca tocar (sic) la guitarra y hacer la segunda voz.
Jorge Valle es el director del conjunto, el primer guitarrista y el que hace la mayor parte de los arreglos. Es un ecuatoriano que se ha recorrido la mitad del continente. A los treinta y dos años lleva conocidos, el Perú, Panamá, todo Centro América, y los Estados Unidos y Méjico, aparte de Colombia. Tiene una extensa trayectoria musical pues ha sido componente de conjuntos como el Trío Víctor, Los Caleñitos, y el trío Colombiano de Medellín, que se popularizaron en las grabaciones RCA Víctor. Y recientemente con su compañero González, ha realizado impresiones para Fuentes y Lyra.
Para fiestas sociales y serenatas, Los Romanceros es uno de los conjuntos más solicitados y si la radio no ha contribuido a consolidar más su popularidad es porque no se andan por las emisoras en busca del mendrugo de una audición. No obstante, Ignacio Isaza los contrató hace unos meses para animar algunas entregas de “Pielroja tiene la palabra”, popular audición de la Compañía Colombiana de Tabaco, que les significó grandes triunfos.
Se distinguen por su personalidad. Los Romanceros cantan con estilo propio, sin dejarse llevar por las modas del momento, y tienen un repertorio variado y abundante, que arreglaron con muy buen gusto para sus voces y sus instrumentos.
Contadas veces interpretan música folklórica del interior, si bien cuando lo hacen, sin que el bambuco y el pasillo salgan en su estilo todo lo puro que es de desear, lo hacen correctamente. Su fuerte son los boleros y los aires de la costa atlántica, en donde se encuentran bambucos también, como “El Negro” un poco diferentes a los nuestros- más rítmicos y menos melódicos- que los Romanceros cantan a cabalidad. Pocos artistas, además, saben granjearse tan pronto la simpatía de las gentes por su sencillez, tan diferente de la presunción petulante, de los que han conseguido apenas un poco del favor del público. Ojalá los triunfos les sigan haciendo compañía, que bien se lo merecen.
Los Romanceros cantarán en los espacios de la Colombiana
(Artículo publicado en el suplemento semanal de El Diario, de Medellín, en el año 1951)
El popularísimo y cotizado trío de “Los Romanceros” acaba de firmar contrato con la Compañía Colombiana de Tabaco para tomar parte en los programas que esa firma patrocina con el mote de “Pielroja tiene la palabra”, y que corren a cargo en la parte literaria del libretista Ignacio Isaza.
Se trata de una serie de audiciones frívolas dentro del acreditado espacio de los martes, que llevarán por título”La Vida en Rosa” y en los cuales se programarán canciones de tipo romántico, en las cuales son especialistas “Los Romanceros”.
Los Romanceros colombianos ganan cada día mayor popularidad y éxito.
(Publicado en El Espectador, de Bogotá, en junio de 1951)
Medellín, junio 18. (Del corresponsal radial Hernán Restrepo).
La Compañía Colombiana de Tabaco presentó recientemente a la consideración de los oyentes del país, por intermedio de sus programas “Pielroja tiene la palabra” y dentro de la serie de libretos recomendada a Ignacio Isaza, a un trío vocal que desde hace muchos meses viene haciendo furor en los clubes sociales y en los centros de diversión de la capital antioqueña.
Los Romanceros, que tal es el rubro usado por Valle, Gil y González para sus presentaciones artísticas, triunfaron en esos programas plenamente y ratificaron los buenos conceptos que habían provocado con sus actuaciones personales.
El trío de Los Romanceros está integrado por tres veteranos cultores de la canción moderna: Jorge Valle, ecuatoriano, quien lleva la dirección musical del conjunto, toca la guitarra y hace la tercera voz en las canciones. Valle, que se conoce casi todo el continente y ha formado parte de numerosos conjuntos en el país y en exterior, arregla el repertorio en una forma personalísima e imprime sello propio a todas las interpretaciones del trío gracias a ello precisamente. Alberto González, el que corre con la responsabilidad del ritmo tocando las maracas y hace la primera voz, se hizo conocer como vocalista de importantes orquestas de baile en Barranquilla, su patria chica, y aquí en Medellín, cuando formó parte del conjunto de “Juan Manuel y sus Vagabundos”, recordada agrupación musical que hizo las delicias de la juventud antioqueña hace unos cinco años. Es compositor, y un porro suyo, “El Sabrosón”, tuvo mucho éxito al ser grabado por la marca de discos Lyra en interpretación de Los Romanceros, hace unos seis meses. Gil es caldense y un guitarrista magnífico, a quien han aplaudido los públicos de Valle y Caldas, como integrante de numerosos tríos de música nacional e internacional hasta que se unió definitivamente a sus compañeros de ahora, aquí en Medellín.
Como dijimos antes, Los Romanceros se distinguen por la personalidad de sus interpretaciones. No necesitan ellos copiar a Los Panchos, ni al San Juan, ni a trío ninguno del mundo. Allí la razón de sus triunfos constantes que los han llevado a ser el más popular conjunto de su género con que ahora cuenta Medellín, y parece que han recibido proposiciones de una empresa radial bogotana que tiene intenciones de presentarlos en una corta temporada radial. Gustarían mucho de seguro. Pocos cultivadores tiene la canción moderna que canten con tanto gusto y que dominen tan ampliamente no sólo los aires románticos, como el bolero y el blue, sino los de tipo caliente, especialmente los porros y paseos de la costa atlántica, lo que les permite tener un repertorio amplísimo y muy variado.
Han grabado discos en Lyra y Fuentes y lo harán posiblemente para Atlantic en el curso de pocos meses.
Ignacio Isaza prepara nueva serie radial con el trío Los Romanceros.
(Publicado en El Diario, de Medellín, en el año 1952)
Una nueva serie de programas radiales para el ya famoso espacio ”Pielroja tiene la palabra” que patrocina la Compañía Colombiana de Tabaco, acaba de grabar el trío de “Los Romanceros” bajo la dirección escénica del libretista Ignacio Isaza, quien en esta oportunidad ha reunido elementos artísticos de la mayor categoría, pues al lado de “Los Romanceros” actúa como solista, en la interpretación de antiguas canciones, Obdulio Sánchez, acompañado al órgano por el maestro Manuel J. Bernal.
La nueva serie de “Pielroja tiene la palabra” lleva el subtítulo de “Canciones de amor y del recuerdo” como que en su elaboración priman elementos antiguos y modernos, en armónica y discreta agrupación.
Al decir del director de esta serie, la grabación hecha por “Los Romanceros” es la mejor que se haya logrado para la Colombiana de Tabaco, empresa que ha aprovechado muchas veces, y siempre con éxito, los servicios de “Los Romanceros” en programas de exquisita factura. Las canciones de esta serie son los éxitos más recientes en materia de novedades del género romántico y la instrumentación, dirigida por Jorge Valle para Alberto González como primera voz, es la reafirmación de que la música interpretada por “Los Romanceros“ llega hasta el público después de un afortunado proceso de depuración y de estudio. El nuevo integrante del trío “Los Romanceros”, Enrique Aguilar, participa por primera vez en grabaciones de esta índole, con gran éxito.
Triunfa todos los días el trío de “Los Romanceros”
(Publicada en El Diario, periódico de Medellín, en febrero de 1953)
De triunfo en triunfo siguen sus actuaciones Los Romanceros, el gran trío compuesto por Jorge del Valle (sic), Alberto González y Enrique Aguilar, cuyas interpretaciones magníficas de música nacional, folklórica y de baile, e internacional romántica, son tan bien recibidas por la juventud antioqueña. Los Romanceros merecieron elogiosos comentarios del Trío Rigual (sic), conceptos que fueron dados al redactor de este suplemento radial, y sus actuaciones recientes por La Voz de Antioquia les conquistaron infinidad de simpatías. Los Romanceros, preocupados por mantener un repertorio a tono con las evoluciones de la canción popular, dueños de un estilo propio que se caracteriza por lo melódico y discreto, no necesitan de los pequeños grupos del ambiente para triunfar. Tienen un prestigio consolidado y lo saben mantener con dignidad y sobre méritos reales.
La leyenda de Los Romanceros
(Crónica publicada el 17 de septiembre de 1971, en el periódico El Colombiano, de Medellín)
Lo que parece el primer verso de una canción de Agustín Lara, o de algo que tocara directamente con la vida española, pertenece a una realidad de la capital antioqueña.
Se trata de una especie mítica que ha venido circulando a través ya de dos generaciones de Medellín y es la de que, ninguna muchacha que haya escuchado una serenata con el Trío Armónico Los Romanceros, se queda soltera.
En muchos clubes de la capital antioqueña se ha dado el caso, cuando actúan Alberto González Llanos, primera voz, Tulio Parra, la primera guitarra antioqueña y Jorge Valle, compositor y guitarrista ecuatoriano, que madre e hija quinceañera lloran al escuchar la misma canción porque con ella les han hablado de amor.
Una de las grandes canciones de hechizo, de estas que hacen saltar los corazones, es el bambuco de Valle, “Chiquilla”.
Alguna de las quinceañeras que recibió el impacto de “Chiquilla”, una media noche cuando dormía plácidamente, dijo que “es un bambuco que tiene el alma de un poeta de la canción”.
¿Quién no habrá escuchado ese bambuco en Medellín? Sería tanto como decir que no hay un paisa - y no es cuña- que no fume y tome aguardiente, y lea El Colombiano.
“Los Romanceros” se han convertido- poetas de la canción- en los ángeles buenos que conquistan para sus pupilos a aquellas de corazón duro. Por eso es por lo que el “Gordo” González, suele preguntar al hacer la selección de las serenatas: “Cuénteme…y ella es…”.
El interesado pondrá el calificativo: ”Insensible”, “Adorable”, ”Indiferente”, ”Inconquistable”. Los novios dicen que después de las serenatas todas quedan de un mismo color y sabor: dulcesitas.
Se cuenta que un “candelero”, de aquellos que suelen acompañar a los novios en plan de serenata, tan pronto como terminó el mini-concierto nocturno, estaba enamorado y no sabía de quién.
En noches como la que antecede al día de los enamorados, se oyen canciones como “Chacha Linda”, “Paraíso Soñado”, “Fe Verdadera”, “Bendición Celestial”, y claro, “Chiquilla”.
Los novios de Medellín que no hayan tenido como jefe de relaciones públicas a Alberto González, son muy pocos. Alberto González ha tenido que recibir en su mesa a jovencitos “empantanados en sus propias lágrimas y en los primeros traguitos, que ponen un poco de más pena en la amargura”.
“Alberto, no hay cura que valga… usted es el único que puede dar el bálsamo para esta herida”, suelen decirle los “pacientes” diarios.
De los sentimientos de los enamorados nació en Medellín la industria de las serenatas porque de ellas viven muchas familias de músicos. Es un aspecto, el más romántico, y quizás un poco ignorado de Medellín.
Alberto González les responde siempre que “no se preocupe, hombre, que casos peores nos han tocado”
Viene entonces la “confesión de boca”. Con base en esas “pistas” los tres romanceros, elaboran la nómina de canciones que se registran en la tarjetica que se tira por debajo de la puerta, cuando el repertorio ha sido consumido.
Los serenateros viajan siempre en taxi, porque muy pocas veces los enamorados tienen auto propio.
Nunca ha habido un sueño más profundo y más liviano que antes de una serenata, en las jóvenes.
Cuando las guitarras rompen junto a la ventana, las primeras notas, si la casa es habitada por varias chicas, comienza el revoloteo y la consabida señal de encender y apagar la luz, como para decir “aquí estoy pues”. Si la “víctima” no es sino una, las primeras notas de la serenata equivalen a un golpe, de aquellos que quitan el conocimiento. Generalmente vienen las lágrimas –quienes digan que no es así, no dicen la verdad-. Llanto de pura verdad, aun cuando el oferente caiga tan gordo como una tonelada.
El paroxismo viene cuando Los Romanceros repiten ese verso tradicional de “Chiquilla”:
…y si el sol de la mañana/ al besar tu cabellera/hace que tu más me quieras/ qué lindo es cantar chiquilla/
Después… ya nada hay para hacer. Se pierde el hilo de la historia, y se penetra en la leyenda, “La leyenda de Los Romanceros”
¡Levántate¡ que trajeron serenata
(Publicado en El Colombiano, de Medellín, en noviembre 3 de 1988)
Texto: Margaritainés Restrepo Santa María
¿Qué es lo que le quiere decir? Pues que estoy tragado, que me gusta mucho, que la quiero, pero lo que pasa es que ella está últimamente como rara. Bueno. Podríamos empezar con “Despierta”. ¿Pero ustedes ya son novios o qué? Sí, hombre. Entonces, si las cosas no andan como tan bien, ¿qué tal si le ponemos la segunda, “Usted”? Listo… y para terminar, para que a ella le quede su espinita, no lo piense más, la apropiada es “Serenata de amor”.
Dos o tres músicos que consigue en El Escorial o el Crillón. Un muchacho enamorado. Una noche. Dos o tres tragos. Y, quizá, la luna. Con eso basta. Y ¡allá vamos¡
…Es esa. La del balcón con matas. El taxi disminuye la velocidad y estaciona, sin hacer ruido. También, en silencio, se bajan ellos. ¿Cuál es?
Esa, la de la izquierda; esa es la ventana de ella.
Y se escucha el sonido de los instrumentos que afinan Los Romanceros… Y ¡arrancamos¡ ¡Perfecto¡…
“Despierta, dulce amor de mi vida, despierta si te encuentras dormida. Escucha mi voz, que llega hasta tu ventana...”
¿Será que no oye? ¿Qué pasa? No hay luz ni movimiento en ese cuarto. Ahora seré tan de buenas que se fue a dormir donde la abuelita… ¿Cuál sigue, cuál sigue? Los músicos lo interrumpen. Será darle a la segunda…”Usted es la culpable de todas mis angustias, de todos mis desvelos. Usted…”
¡Levántate Luisita, trajeron serenata¡…¡Serenata¡, Luisita, ¡Despiértate¡
En las servilletas
Los niños hacían ramilletes espirituales para sus madres:”Treinta misas, treinta comuniones, diez sacrificios, treinta rosarios, treinta meditaciones”. Pero ese mundo sencillo y limpio, también tocaba a los grandes. Chicos y chicas improvisaban versos. Los novios intercambiaban sus anillos de grado.
En las heladerías, a las amigas les firmaban servilletas. Gloria se emocionaba porque Cochise le había mandado saludes, sin conocerla. Y Amparito guardaba sigilosamente, esa fotografía en que aparecía con su traga, dentro de un corazón y con la leyenda “Es tuyo”, al lado.
“La gloria eres tú”, “Novia mía”, “Esta noche”, “Un minuto de amor”, “Realidad y fantasía”… Era muy “in” tener cuaderno de boleros. Y, a falta de cuadernos, una libreta. Era muy “in” que los muchachos cargaran cancioneros. Y que los fólderes de estudio, se llenaran con pensamientos lindos, llenos de optimismo y sentimiento.
…
Te está pensando…
¡Levántate Luisita ¡ ¡Serenata¡
Fe en el amor eterno. Convencimiento del amor ingenuo…Yo creo que le gusto, porque me miró de frente…A Gloria le llevaron tres serenatas en una noche, él está supertragado, comentan en la cuadra… ¿Sabes que a Beatriz le gusta Luis Fernando?...
Juguemos a contestar el cuaderno de las adivinanzas. ¿Dónde estudia?, ¿Cuál es su número de teléfono?, ¿Dónde vive?, ¿Cuántos años tiene? Hasta que dan con el nombre del muchacho. Y otras jugaban al azar sencillo, en páginas que llevan escritas cien posibilidades. Escoja un número entre cero y cien. ¿Treinta y siete? A ver, te está pensando…
La chica coleccionaba las cajas de chicle que él le había regalado. Él las contraseñas de cine y de los espectáculos. Escribía la fecha, el año, la hora, si es del caso. Y guárdela con esas calcomanías de universidades gringas que le dio el de la esquina hace tres años.
¡Levántate¡ Luisita, que trajeron serenata. Y es con Los Romanceros, pa´ que lo sepa.
…
Por los veinte, por los quince, porque estamos peleados, porque ella se va, porque estoy tragado. Con o sin voladores incluidos. Solo o con dos amigos, en grandes barras. Siempre había “un motivo nuevo”, para llevar serenatas en los sesentas. Tríos Los Romanceros, Grancolombiano, Emilio Murillo, Los Albinos, Antioquia. Duetos Espinosa y Bedoya…
…
¡Levántate ¡ Luisita, que trajeron serenata. Acérquese a la persiana para mirar de reojo. Prenda una luz con disimulo.
Y en muchas serenatas se escuchaba…”Chacha linda”, “Ansias de amar”, “Tu eres mi destino”, “Queja de amor”, “Únicamente tu”, “Sin un amor”, “Amorcito corazón”, “Quisiera ser”, “Espérame en el cielo”, “Lejos de ti”.
Y a muchas chicas les cantaron…”Fe verdadera”, “María Elena”, “Cuánto te quiero”, “Novia mía”, “Reloj”, “Enamorado de ti”, “Contigo aprendí”, “Amémonos”, “Negrita”, “Me llevarás en ti”.
¡Trajeron serenata¡…”Uno se tomaba textualmente las canciones”. Unas felices por esa sorpresa. Otras combinaban “rabiecita” al sentimiento…
…
¡Serenata¡ Y a todas les quedaba su tarjeta…¡Échela debajo de la puerta¡
¡Serenata¡ Luisita, ¡Levántate¡…
Es que es la tercera de la noche y estoy cansada… ¿Serían los sesentas, los años de los últimos románticos?
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