viernes, 15 de octubre de 2010

EVOLUCION MUSICAL DEL TRIO

El Trío Los Romanceros tuvo desde sus inicios una base muy sólida. Dos de sus tres integrantes permanecieron durante los treinta y seis años de existencia de la agrupación. Jorge Valle era un gran músico, compositor, arreglista y muy buen guitarrista. Alberto González siempre fue la primera voz del conjunto y con esa voz le dio identidad al trío. Los Romanceros se reconocían por la primera voz, sin importar la clase de música que tocaran. Apoyados en esos dos integrantes, el conjunto se adaptó en cada época al tipo de música que el medio les exigía. Su primera grabación, como se verá más adelante, fue un porro, luego vinieron pasillos y una canción criolla. Posteriormente un bolero y otro porro. Más adelante grabaron otros  boleros y aparecen las guarachas. En las décadas de los sesentas y setentas interpretan casi exclusivamente boleros, con algunos bambucos y valses. En su última producción incluyeron dos baladas, que era el ritmo que en ese momento estaba reemplazando al bolero. Veamos con algo de detalle cómo fue la evolución musical del trío.

 En los primeros años, Los Romanceros hacían sus grabaciones con muy poco acompañamiento. Tal vez la excepción fueron los dos números grabados cuando Lito Paniagua pertenecía al trío en el año 1950. Con él se grabaron, “No me explico” y el porro “El sabrosón”. Se utilizan en esos dos números, clarinete y ritmos, además de las guitarras del trío. En los años que van desde la fundación del trío en 1945, hasta más o menos 1951, la voz de Alberto González no era muy fuerte. Como él mismo lo dice, era una voz “estilo Julio Iglesias”, muy bien modulada, pero sin potencia. Sólo con el paso de los años y las enseñanzas de Jorge Valle, Alberto fue adquiriendo más potencia y seguridad en las interpretaciones. Eso  mismo ocurre a los vendedores callejeros, o pregoneros, que a medida que pasa el tiempo, se hacen escuchar más, con menos esfuerzo.

 En las grabaciones que se hacen desde 1952 hasta 1957 por lo general se escucha el trío con poco acompañamiento, casi como si estuvieran en una serenata. En esos años Enrique Aguilar primero y luego, Oscar Quimbaya, Copete, hacían parte de Los Romanceros, y se publicó el primer disco de larga duración titulado “Nocturnal”. Ya se observa una gran madurez en la primera voz de Los Romanceros. Basta escuchar las magníficas interpretaciones de “Soñar”, que está incluida en “Nocturnal”,   “Desde que llegaste”, y  “Sinceridad” que aparecen en sendos discos de 78 RPM. La guitarra principal o puntera la hacía casi siempre Jorge Valle. Sin embargo, “Copete” también punteaba en algunas ocasiones con un requinto de cuerdas metálicas. Los arreglos eran obra del mismo Jorge Valle.

De este mismo período son las grabaciones que el trío hizo con el naciente conjunto de Edmundo Arias. Más que decir que el conjunto acompañaba a Los Romanceros, la verdad era que el trío acompañaba al conjunto. Se escucha muy poco la primera voz de Los Romanceros, y más que todo lo que hace el trío, es hacer unos coros de respaldo a Lucho Vásquez, que era el cantante del conjunto. “No esperes que te quiera”, “Pa´ bailar la guaracha” y “El voto femenino”, fueron tres de las canciones de Los Romanceros con el  conjunto de Edmundo Arias.

Había una gran variedad en los ritmos que interpretaban Los Romanceros en esos años. Casi  que parecía que  existieran dos tríos diferentes. Uno, el que tocaba canciones caribeñas, y que tenía el estilo de un trío de Cuba o de Puerto Rico. Algunas piezas  de esta clase son, “¿Quién toca la puerta?”, “Que apellido”, “El jorobao”, “Medio peso”, “El pote”, “Llorá corazón llorá”, “Gato encerrao”, “El mochilón”, y “Cuidaíto compae gallo”. Como el trío era contratado para animar no sólo reuniones y veladas, sino también fiestas, necesitaba tener en su repertorio buena cantidad de esas canciones bailables. Por otro lado, estaban las interpretaciones de boleros y de música del interior colombiano, como algunos bambucos y pasillos. De todos modos, este último tipo de canciones siempre fue la mayoría  en el repertorio del trío. Así por ejemplo, en el disco “Nocturnal”, existen dos canciones caribeñas y seis del otro estilo.

A partir de 1957 empieza una etapa de afianzamiento del trío en los aires románticos. Ni en el disco “Chacha linda”, ni en los siguientes que grabaron Los Romanceros hasta el final, volvió a incluirse la llamada música bailable. Casualmente, esta época empieza con la incorporación de Luis E. Pabón a Los Romanceros. Al inicio de este período, el trío actúa como acompañante de dos buenos cantantes colombianos, como fueron Alberto Granados y Lucho Ramírez. Prácticamente todos los éxitos de estos dos intérpretes se realizaron en unos pocos dos o tres años. Como las grabaciones se hicieron con la empresa Sonolux,  los arreglos  de las canciones en que el trío acompañó a estos dos intérpretes, fueron obra del maestro Luis Uribe Bueno. En estas ejecuciones aparece el piano de Juancho Vargas, y se inicia así la costumbre de Los Romanceros de acompañarse con este instrumento en muchas de sus futuras grabaciones.

 El disco “Chacha linda” marca simbólicamente el inicio de esta época romántica.  Todos los arreglos musicales son hechos por Jorge Valle, y él mismo continúa como primera guitarra hasta la entrada de Tulio Parra al trío en el año 1962. Tulio Parra era un maestro de la guitarra, y  todas las grabaciones efectuadas con él se reconocen por la suavidad y excelente destreza de la ejecución. La voz de Alberto González ya está completamente madura en este período. Se destacan la potencia de su voz y el extraordinario sentimiento que expresaba en todas las interpretaciones.

En el disco “Una vez más”, el trío utiliza plenamente un rico acompañamiento musical. Así, en  ”Fe verdadera” los acompaña un gran pianista boliviano; en “Un momento” y en “Una vez más”, están acompañados por el organista Manuel J. Bernal; en “Negrita” aparece el piano de Juancho Vargas, y en “Cosas como tú” y “Mira que eres linda”, está el violinista argentino Adolfo Podestá. En varias de las piezas interviene además  el bongosero Jairo Yepes.

En el disco “Cosas lindas”, que contiene doce números, entre ellos la canción del mismo nombre, se utilizaron tres guitarras. Esto le dio un sabor diferente al acompañamiento de guitarras que siempre habían tenido los Romanceros. El último disco del trío se tituló “Quiero amarte”, e ilustra muy bien el cambio que ya se había establecido en la música romántica. Aparecen en él, por primera vez en la historia del conjunto, dos baladas, “Quiero amarte” y “Amor de estudiante”, como una confirmación del reemplazo del bolero por la balada, que se estaba dando en todas partes. Terminaba toda una época, y cancelaba sus actividades de treinta y seis años, el Trío Los Romanceros.

2 comentarios:

  1. Muy emocionante y gratificante este espacio referente a uno de los más grandes tríos de Colombia. Mi padre, Edilberto Quimbaya Tovar, "Copete", fue uno de los integrantes, por eso me permito respetuosamente corregir el nombre que no es Óscar. Mi madre aún guarda fotos y otros documentos que pronto publicaré con gusto, para compartirlos con ustedes. Una vez más, gracias y hasta pronto. Su sincero servidor, Edilberto Quimbaya Gómez.

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