viernes, 15 de octubre de 2010

ORQUESTAS 1940- 1943 ALBERTO GONZALEZ

Ya en el año de 1942, Rafael Roncallo era dueño de las Emisoras Unidas, y allí se presentaba el maestro cubano Roberto de Moya con su Conjunto Rítmico de Emisoras  Unidas.
Roberto de Moya, fue un gran músico y guitarrista cubano nacido en Santiago de Cuba en el año 1897. En su tierra natal fue compañero de Guillermo Portabales, el celebre autor e intérprete de “El  carretero”. Esta bella guajira es de las canciones cubanas más cantadas, y dice así en sus primeros versos:
Ay, por el camino de un sitio mío
un carretero alegre pasó
en su tonada que es muy guajira
y muy sentida alegré cantó
Posteriormente Roberto de Moya partió hacia Nueva York, y allí actuó como guitarrista acompañante de  Carlos Gardel en algunas presentaciones y películas, entre ellas “El día que me quieras”, filmada en marzo de 1935. Contaba posteriormente el maestro De Moya que durante las presentaciones en  Nueva York, uno de los músicos permanentes de Gardel se le quejaba a éste, de que le estaba pagando mucho dinero a De Moya por el acompañamiento. El gran Carlitos respondió: “Dejalo que coma,  estos gringos están repletos de dólares”. El maestro de Moya vino posteriormente  de gira por Colombia y se quedó primero en Santa Marta, y luego en Barranquilla. En el año 1941 cuando aún vivía en Santa Marta, el músico cubano fue contratado para hacer un programa en dicha ciudad, y como parte del elenco hizo venir desde Barranquilla al trío “Carlos Andrade y sus Muchachos”. Como el trío no tenía uniforme adecuado para presentarse, el mismo Roberto de Moya, les prestó unas típicas guayaberas cubanas. De recuerdo de esa presentación les obsequió una tarjeta en la que aparece el guitarrista  vestido de gaucho como lo estaba cuando actuó en la película antes mencionada de Gardel, con una dedicatoria y su propia firma.

Ya residenciado en Barranquilla, entre otras actividades, organizó el conjunto musical de planta  de  la emisora  La Voz de la Víctor. Esta radio se uniría en 1939 con la Voz de Barranquilla, para formar las Emisoras Unidas. El conjunto del maestro de Moya tenía el estilo cubano, e incluía guitarra, piano, bongó, tumbadora y voces.
Debido a la relación que tenía con Rafael Roncallo, alrededor de 1942 llegó hasta las Emisoras Unidas, el joven Alberto González, quien contaba entonces con veintiún años de edad, y, como ya se dijo, hacía parte del trío “Carlos Andrade y sus Muchachos”. También se mencionó ya, que era supremamente difícil vivir de la música en ese entonces en Barranquilla. Claro que  había oportunidades de actuación, pero el pago no era en dinero. Se invitaba a los músicos a esos eventos, y allí se les daba licor; solamente licor, ni siquiera comida. Por eso los músicos tenían que rebuscarse la supervivencia con otras actividades. Roberto de Moya se interesó por la voz del joven cantante y lo invitó a hacer parte de su conjunto. Alberto aprendió del maestro la interpretación de las canciones cubanas más famosas en esa época, como eran los sones y boleros de Miguel Matamoros.

Pedro Biava Ramponi nació en Roma en el año de 1902. Estudió en el Conservatorio Santa Cecilia de Roma. A los 24 años llegó a Barranquilla. En esa ciudad, como pedagogo musical, realizó una destacada labor en la Escuela de Bellas Artes y en el Conservatorio de Música de la Universidad del Atlántico. Creó la Orquesta Filarmónica de Barranquilla y la Ópera de Barranquilla, con la que alcanzó a montar obras como Rigoletto y La Traviatta. Esas obras las presentaba en  festivales que se hicieron  en Barranquilla y Cartagena. Era Pedro Biava, en verdad un gran maestro, y todo un caballero. Tenía también un concepto muy humanista de lo que debe representar el arte en toda sociedad. Para él, el arte no es un lujo, ni una diversión más. Decía  que la Filarmónica representaba  la conquista definitiva de un ambiente moral superior. En otra ocasión expresó que el arte debe ejercer una alta función social, pues es el gran educador de los pueblos.

En el año de 1943 en las Emisoras Unidas, además del conjunto de Roberto de Moya, se presentaba  también el grupo de cámara del maestro Pedro Biava, así como la Orquesta de las Emisoras Unidas que él mismo dirigía, y que interpretaba música popular. Cierto día, el maestro italiano invitó a Alberto González a que cantara con su conjunto. Alberto interpretó “Albur”, un bolero de Agustín Lara. Pedro Biava congenió bien con el joven cantante y lo invitó a que fuera a la Escuela de Bellas Artes, en donde él dictaba clases. Allí estuvo Alberto varias veces recibiendo lecciones de dicción, respiración y solfeo. También participaba como cantante de la orquesta en esa época, Carmencita Pernett, quien poco tiempo después viajó a Méjico, y allí se convirtió en una importante bolerista. Así mismo hacía sus actuaciones con la orquesta del maestro Biava, el músico cartagenero Gustavo Fortich, quien algunos años más tarde conformaría el famoso dueto Fortich y Valencia.

 En alguna ocasión, la Orquesta de las Emisoras Unidas del maestro Biava, fue contratada para actuar en el Hotel Caribe de Cartagena, en compañía de la Orquesta del Caribe, dirigida por Lucho Bermúdez. Esta agrupación se llamaba antes Orquesta Emisoras Fuentes, y tenía por cantantes a Bobby Ruiz y Cosme Leal. Dos de las principales canciones que interpretaba la Orquesta del Caribe se titulaban, “Joselito Carnaval”, y “Marbella”, este último, un porro compuesto por el mismo maestro Bermúdez”. En ese entonces Lucho Bermúdez era muy poco conocido en el interior del país, ya que nunca había salido de la región de la costa atlántica. Hasta Cartagena fue la Orquesta de Pedro Biava con sus dos cantantes Carmencita Pernett y Alberto González. Este conjunto interpretaba más que todo boleros, y otros géneros de música romántica. A manera de pura anécdota, el cantante Cosme Leal se le acercó a Alberto González, a expresarle la admiración por la voz que tenía: “Te he escuchado por la radio, cuando cantas con la orquesta. Tienes una bonita voz; cuídatela”. Leal era reconocido por sus finas maneras, y los demás músicos en son de burla lo llamaban “La dama de las camelias”. Posteriormente estuvo residenciado en Medellín, actuando con la orquesta de Lucho Bermúdez, y presentándose otras veces como solista.
Cuando a mediados de la década de los cincuentas, empezó el desgano oficial para seguir prestando apoyo a la Filarmónica, el maestro Biava, fue entrando en un decaimiento anímico. Se exageró su hábito por el mortal cigarrillo. Cada vez se sentía más acabado, por la forma como se iba derrumbando un trabajo de tantos años.

Volviendo a nuestra historia, a finales de 1943 el trío de Carlos Andrade viaja a Puerto Colombia con Rafael Roncallo y un primo de éste,  Nacho Dugand. Allá se presentó una situación muy delicada. En medio de los tragos, César el hermano medio de Alberto González, empezó a molestar al joven Dugand,  insultándolo y agrediéndolo.  Este último se exaltó tanto, que finalmente sacó una pistola con la intención de dispararle al  joven músico. Alberto, se interpuso entre los dos contendientes. “Mátame a mí primero, pero no a mi hermano”, así decía Alberto muy asustado. Afortunadamente el arma volvió a su escondrijo, y  los ánimos se fueron sosegando.

 Alberto quedó muy impresionado, muy adolorido. Recordaba  él, que  siendo muy niño, una vez  fue a cine, acompañado de César, a ver la película “El tren  arrollador”, con John Wayne. La multitud se enfureció cuando la cinta se reventó en el instante más emocionante. Los golpes contra la caseta de proyectores, que era de lata, enardecían aun más a los revoltosos. Empezaron entonces algunos a encender periódicos y a lanzarlos al aire. La gente corrió despavorida buscando todos al tiempo la salida. Caían unos sobre otros. César, tomó a Alberto de la mano y lo llevó hacia lo alto de las graderías. Allí esperaron hasta que todo se fue calmando. Dice Alberto que esa vez, su hermano le salvó la vida a él. Ahora era Alberto el que se la había salvado a César. Tomó la dura decisión de no volver a trabajar con su hermano. No era la primera vez que se presentaban problemas con él a causa del licor. Decidió entonces Alberto retirarse del trío de Carlos Andrade. A principios de 1944, César moriría de una cirrosis, luego de tomarse un vinito en una reunión familiar.

El gran Carlos Andrade también tuvo un temprano y trágico final. El y su esposa fallecieron en 1945. El murió a causa de una tuberculosis, y su señora que se encontraba en embarazo del primer hijo que tendría con Carlos, en un arranque de desespero por la prematura muerte del músico, se arrojó desde un bus en movimiento falleciendo ella y la criaturita.

Puede apreciarse entonces que en estos años de 1940 a 1943, Alberto empezó a tener una actividad importante, aunque  algo dispersa, como cantante. Hizo parte en esos años del trío  “Carlos Andrade y sus muchachos”,  participaba también como cantante del conjunto de Roberto de Moya y de la orquesta Emisoras Unidas de Pedro Biava, y no  olvidemos tampoco, la experiencia en la emisora “El Ranchito”

2 comentarios:

  1. Recientemente mi abuela me estuvo comentando acerca de Cosme Leal, quien era tío de ella. Hijo de Anastacio Leal, también músico.

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  2. Yo soy nieto de Policarpo leal hermano de cosme leal

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